viernes. 19.04.2024

Toda una comunidad de vecinos, volcada en amenizar la convalecenciade un pequeño. Quinn tiene tres años, vive en Massachusets, en Estados Unidos, y tiene que permanecer aislado mientras recibe tratamiento contra el cáncer. Sus vecinos se encargan de entretenerle todo el tiempo.

Se puede decir que hacen auténticos malabares. Los vecinos de una comunidad de Massachusets, en EEUU, se turnan para ayudar al pequeño Quinn y su familia. Su casa se ha convertido ya en un punto de peregrinaje.

Amigos, pero también desconocidos se arman de creatividad a diario. Le cantan canciones, juegan con él a la pelota, hacen carreras de manos y hasta se atreve con una pelea de globos.

Una ventana al entretenimiento y al mundo. La única ahora porque Quinn sufre un cáncer cerebral que le tiene sometido a un fuerte tratamiento. Está conectado a una máquina y no puede salir de casa porque se ha quedado sin sistema inmunológico.

Su historia ha calado tanto que la policía y los que circulan por la carretera se detienen para estimularle. Sus padres, agradecidos, dicen que esta enorme ola de cariño hace que para Quinn sea siempre el mejor día de todos.

Una comunidad de vecinos se vuelca con un niño con cáncer que no puede salir a la calle