viernes. 29.03.2024

En un país asediado continuamente por el conflicto, Abdullah ha enseñado a su hija Salwa a reírse con las bombas y ha logrado su objetivo: transformar el miedo en sonrisas.

Desde su casa en Siria juegan a adivinar si el sonido que acaban de escuchar es el de una bomba o solo el de un avión. Si es una bomba, cuando cae, desatan las carcajadas.

Es el desesperado juego al que recurre Abdullah para alejar a su pequeña del drama y del horror que se vive en las calles. En el noroeste de Siria la violencia es indiscriminada y los niños son los que más sufren. En lo que va de guerra se calcula que han muerto 20.000 menores, y los que sobreviven lo hacen con secuelas psicológicas irreversibles.

Abdullah quiere evitar a su hija ese sufrimiento, y por eso la pequeña Salwa no tiene miedo. Su padre le ha hecho creer que las bombas son como los fuegos artificiales, y que no hay que temerlos.

Un padre sirio crea 'el juego de la guerra' para que su hija no tenga miedo ante las...