Todo empezó cuando Anderson, de 52 años, recibió la llamada de Christine Anne Rowlands para que arreglara la caldera de su madre. El hombre acudió a la casa, arregló el fallo y luego envió la factura por e-mail. En ella se veía lo siguiente: “No se cobra a esta dama bajo ninguna circunstancia. La compañía estará disponible las 24 horas para ayudarla en lo que sea posible”. Y es que la mujer sufre leucemia aguda, en sus últimas etapas.
Desde marzo de 2017, Anderson dirige Depher, una empresa de fontanería dedicada a ayudar a los más desfavorecidos, tanto como discapacitados como personas de la tercera edad, informa la BBC.
La empresa de Anderson se mantiene gracias a la donación de terceros a través de mecenazgo en Internet, pero arrastra una deuda de 8.000 libras.