viernes. 19.04.2024

Acompañando a los padres en tal duro momento, un equipo médico integrado por cirujanos y enfermeras del hospital Mayo Clinic en Rochester, Nueva York (EEUU) no podía ocultar el dolor y las lágrimas que sentían momentos antes de someter a una niña de 22 meses de edad a una donación de órganos tras fallecer debido a una muerte cerebral.

La pequeña Coralynn Sobolik, de apenas dos años, recibió un último beso de su madre, Meagan Sobolik, que afrontó con la mayor entereza posible y le indicó que gracias a esa acción solidaria "iba a salvar la vida de tres personas". "Te amaré por siempre, eres lo mejor que me ha pasado", se despedía Meagan de su hija.

Mientras, el equipo médico rompía en lágrimas ante tal gesto y se alineaban en los pasillos de la planta para  honrar a Coralynn al tiempo que entonaban el tema de Amazing Grace. Coralynn cedería así su corazón, hígado y riñones para proporcionar vida a otros tres menores.

La niña de 22 meses había permanecido ingresada debatiéndose entre la vida y la muerte ante la amenaza de un virus destructivo. Una patología que desencadenó en diversos paros cardíacos y una muerte cerebral final irreversible.

Un equipo médico emocionado y agradecido ante la donación de órganos de una niña de 22...