miércoles. 24.04.2024

Rubén, o como es conocido cariñosamente por sus padres, Superbollete, es un bebé de tan solo 20 meses de edad, que ya ha pasado por siete operaciones diferentes, 30 sesiones de radioterapia y cuatro ciclos de quimioterapia. Este pequeño valenciano padece un cáncer cerebral y, para sorpresa de todos, hasta de los médicos, siempre se recupera mejor de lo previsto.

La historia del pequeño Rubén es un ejemplo de superación y ha ganado tal popularidad en Valencia, que el senador de Compromis, Carles Mulet, ha llevado su historia a la Cámara Alta del Senado. “¿Qué medidas piensa adoptar para conseguir tomar en serio la investigación de estos tumores menos conocidos, pero muy agresivos y destinar recursos a la investigación?”. Es la pregunta que el senador Carles Mulet ha registrado.

Al pequeño Superbollete le diagnosticaron la presencia de un ependimoma, tumor cerebral, en su cabecita el pasado mes de febrero, después de numerosas visitas al centro de salud, donde todos achacaban sus síntomas y problemas a un virus. Fue finalmente en el Hospital de la Fe cuando le detectaron el tumor.

Los vómitos, la cabeza ladeada y la pérdida de equilibrio se debían al cáncer en la zona de la nuca. "A un ependimoma del tamaño de una naranja. La suerte que tuvimos es que mi hijo no tenía aún los huesos del cráneo soldados, si no le habría matado", recuerda Marian en una entrevista.

Esta madre, tras la situación de su hijo, reclama más investigación e inversión en el diagnóstico del cáncer infantil.  "Si se hubiese diagnosticado antes de que le afectara a toda la zona de boca y la tráquea posiblemente las perspectivas de recuperación serían mejores", se lamenta. "Este movimiento para pedir más inversiones ya no lo hago por mi hijo, sino por los que vendrán".

El pequeño Rubén ha visto afectada su vista y audición del lado izquierdo de su cara debido al cáncer. Además, se le ha quedado media cuerda vocal y media membrana paralizada. También ha tenido que someterse a una traqueotomía y una PEG (un tubo flexible de alimentación a través de la pared abdominal hasta el estómago) y en la cabeza lleva insertado un catéter para drenar el líquido cefalorraquídeo.

Superbollete ha pasado por siete operaciones, una de ellas para extirparle el tumor de 15 horas. Se recuperó, dice su madre, mucho antes de lo previsto. “Llegó a casa como un vegetal” y a los dos meses y medio "volvió a sonreír y ya miraba, cuando los doctores nos dieron cuatro para que su cerebro reconectara”.

Superbollete, la historia del bebé de 20 meses con cáncer cerebral que llega al Senado