viernes. 29.03.2024

Julio Cao de la Fuente es barrendero. Este trabajador de la empresa EMULSA Medioambiente del Ayuntamiento de Gijón ha lanzado un alegato por la profesión que ha sido compartido en Facebook por más de 1700 usuarios.

“Me presento. Soy un barrendero, no un ‘barremierdas’. No hace falta que me admires, sólo que me respetes y valores. Cuando pases por mi lado puedes darme los buenos días, las buenas tardes o noches (según mi turno), porque ante todo soy un ser humano y en la vida valen más la honestidad, humildad y bondad de una persona, que todos sus títulos y dinero juntos”, comienza escribiendo.  Pide respeto porque “en este mundo todos somos iguales y cada profesión tiene su valor”.

Por ello, dice, “si me ves venir de noche no me insultes diciéndome que soy un alienígena, no he bajado de ninguna nave espacial, si llevo uniforme brillante y uso conos reflectivos, es para que me veas en la distancia, por seguridad”. “No es la primera vez que algún niñato borracho ha estado a punto de atropellarme entre risas”, confiesa.

Pero no es la única situación irrespetuosa que Julio ha vivido. El hombre cuenta en su alegato algunas de las más incívicas con las que ha tenido que lidiar.

“Cuando haya recogido la basura de tu barrio, no salgas de tu casa y tires los desperdicios en la acera para después llamarme a gritos: - ‘Ahí tienes, barrendero, para que no te falte trabajo’. Cuando pases con el coche no me lances botellas de plástico o papeles de periódico como si fuese tu criado, no me digas desde la ventanilla: - ‘Recógelo que para eso te pagan’, porque menudo ejemplo le estás dando a tus hijos”, cuenta.

“Estoy triste y cansado”, lamenta y explica que “a mí me pagan para dejar las aceras y las calles como los chorros del oro, para pasar la barredera y el cepillo y regar de agua la ciudad, para que al amanecer puedas salir de tu casa y pasear por la calle presumiendo de que tu barrio es el más limpio, el más amplio y el más humano del mundo”.

Por todo ello, se vuelve a dirigir al ciudadano para recordarle que “puedes gastar todo el dinero que quieras en servicios de limpieza más eficientes, perosi no eres cívico continuarás teniendo la calle llena de latas, papeles, plásticos y demás. Y no me refiero sólo a aquellos que remueven los contenedores buscando entre la basura, sino a niños, ancianos o adultos a los que no les importa tirar cáscaras de pipas, hojas de periódico o colillas al suelo, incluso en mi presencia y cuando acabo de barrer”.

"Soy un barrendero, no un 'barremierdas'": la reivindicación para poner en valor cada...