La sonrisa de Pablo Ráez se apagó por última vez un día como hoy de 2017. La leucemia le venció tras dos años de lucha contra esta enfermedad a la que se enfrentó con su célebre frase: "Siempre fuerte".
Su legado de resistencia nos dejó también una huella de solidaridad a través de las numerosas campañas que inició en las redes sociales para promover la donación de médula.
El impulso a las donaciones de médula para sanar la leucemia había ya calado en la sociedad española desde que en 1987, el tenor José Carreras logró sobrevivir a esta enfermedad. Su lucha pasó a canalizarse a través de la fundación que lleva su nombre.
Pablo Ráez no era tan famoso como José Carreras pero su uso de las redes sociales le permitió que su mensaje de supervivencia y de solidaridad permeara a través de la sociedad malagueña y española.
Su calvario comenzó con las pruebas de un preoperatorio para una lesión de rodilla. Las pruebas detectaron la presencia de células compatibles con una leucemia mieloblástica. Un trasplante de médula de su padre le dió un respiro aunque a los diez meses otra prueba rutinaria detectó que la leucemia se había reproducido.