sábado. 20.04.2024

Los hospitales durante la pandemia han tenído que abordar altibajos de todo tipo, grandes aglomeraciones, falta de material, agotamiento del personal. Por ello, el padre Martin Miskuf, un sacerdote eslovaco, ha decidido cooperar en un Centro de Salud de la zona que es muy humilde, en el que las ventanas están rotas y la pintura se descascarilla. 

El padre Miskuf de tan solo 32 años, forma parte de los números sacerdotes católicos que se presentaron voluntarios el mes pasado para dar asistencia práctica y espiritual en las zonas más golpeadas por la epidemia en el país. Esta iniciativa surge a través de Facebook ya que Eslovaquia, con un total de 5,4 millones de personas encabeza la tasa de mortalidad más alta del mundo con lamentablemente 24 muertos Covid por 100.000 habitantes en los últimos 15 días. En total, hay 3.900 pacientes contagiados hospitalizados y 6.350 han fallecido. 

El Padre Martin desgraciadamente ve todos los días morir alguien en el Hospital, admite que es muy difícil pero que también es un estímulo para su fe. 

Al contemplar una situación tan catastrófica el, al igual que sus compañeros sacerdotes se sienten más útiles que nunca. Al estar cerradas las iglesias qué mejor que ayudar y no quedarse de brazos cruzados. 

Los médicos que trabajan en el Hospital solo pueden agradecerles su presencia ya que ayudan a tranquilizar al paciente, a entretenerlos además de proporcionar un servicio de asesoramiento para consultar sus problemas o inquietudes. “Son nuestros ángeles” afirma la doctora Monika Kummerova.

Para Martin Miskuf es todo un ejercicio de autoestima pensar que está ayudando a personas que necesitan de el y que son muy agradecidas con su trabajo, por que a todo trabajo se le puede dar una vuelta de rosca y ver el lado positivo o la manera de ayudar. 

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