viernes. 29.03.2024

El exoesqueleto pediátrico 'Atlas 2030', de la empresa Marsi-Bionics, recibe el marcado CE, lo que supone su homologación comercial que permitirá, por lo tanto, su distribución tanto en España como en el resto de países del espacio económico europeo y aquellos que acepten los estándares de calidad de la UE.

Se trata del primer exoesqueleto pediátrico del mundo y su desarrollo ha sido íntegramente liderado por la doctora española en Ingeniería Industrial e investigadora científica en el Centro de Automática y Robótica (CAR) CSIC-UPM, Elena García Armada.

La idea de lanzarse a desarrollar este producto le llegó a García Armada tras conocer a un matrimonio que tenía una hija tetrapléjica llamada Daniela. Tras ver dos exoesqueletos diseñados para adultos, la familia buscaba una alternativa similar para su hija.

Generalmente, el diseño de estos exoesqueletos para adultos es más sencillo, ya que no requieren tanta personalización. En el caso de los niños, estas estructuras deben crecer con ellos y adaptarse a enfermedades más individualizadas, lo que supone más trabajo. 

Este exoesqueleto, fabricado en aluminio y titanio, pesa unos 12 kilos y está pensado para la terapia de niños con algún tipo de discapacidad motora por causas cerebrales o con atrofia muscular espinal, una enfermedad degenerativa de las neuronas de la médula espinal que se encargan de mover los músculos. Esta estructura, adaptable al cuerpo y las dimensiones de cada paciente, le permite incorporarse y le ayuda a caminar y moverse para fortalecer los músculos.

Durante los 8 años de desarrollo del exoesqueleto y ensayos clínicos en hospitales de referencia, se ha demostrado que su uso intensivo logra retrasar todas las complicaciones musculoesqueléticas asociadas a la Atrofia Muscular Espinal y la parálisis cerebral.

El éxito clínico del exoesqueleto pediátrico radica en su innovación tecnológica, ya que sus 10 articulaciones tienen la capacidad de interpretar la intención de movimiento del paciente de forma no invasiva y responder a esta intención en cada paso.

También puede trabajarse de forma pasiva, generando un patrón de marcha específico para cada paciente. Esto permite realizar una terapia muscular integral de una forma lúdica con el niño y la familia mucho más motivadora y efectiva.

En 2016, en esa fase preclínica, llegaron a participar hasta doce niños en los ensayos. Uno de ellos fue Álvaro, un pequeño de entonces cinco años que se convirtió en la cara más visible de este avance de la ciencia española.

Con este avance del exoesqueleto, se va a poder atender a niñas y niños con enfermedades neuromusculares, no sólo en España sino también a nivel internacional. Además, el marcado CE supone también confirmar un éxito del proceso de transferencia del conocimiento.

El primer exoesqueleto pediátrico del mundo recibe el marcado CE que permite su...