Gamai, una pequeña que no podía doblar sus brazos debido a cicatrices de quemaduras, finalmente ha podido abrazar a sus padres después de someterse a una cirugía que cambió su vida.
Cuando solo tenía un año, Gamai sufrió un accidente en el que volcó una olla de agua hirviendo sobre sí misma. Al no poder acceder a un tratamiento adecuado para sus quemaduras, creció con las manos y brazos contraídos, ya que su piel cicatrizada se tensaba cada vez más.
La niña fue objeto de burlas debido a su apariencia y tenía movimientos muy limitados, lo que le impedía escribir, bailar o dar abrazos completos a su familia.
Sin embargo, la madre de Gamai, Confort, escuchó que el barco hospital de la organización benéfica internacional Mercy Ships llegaría a Guinea, su país de origen. Los doctores y cirujanos voluntarios a bordo suelen ayudar a personas con heridas similares a las de Gamai, así que Confort decidió llevar a su hija de cuatro años, quien fue seleccionada para la cirugía. Tras varias semanas de rehabilitación en el barco hospital, madre e hija regresaron a casa.
Hoy, Gamai está completamente recuperada, sana y puede jugar, escribir y bailar. Por primera vez en su vida, puede extender sus brazos para abrazar a sus padres.
"Llevamos a Gamai al hospital local, pero solo nos dieron ungüento para sus manos", comentó Confort. "Nos dijeron que no tenía cura".
Se estima que el 93% de la población en el África subsahariana no tiene acceso a cirugías seguras, y cada año decenas de miles de niños mueren debido a quemaduras en esa región. Mercy Ships realiza cientos de cirugías reconstructivas cada año para tratar a pacientes como Gamai, quienes viven años con condiciones tratables.
La familia de Gamai tuvo esperanzas reales al escuchar sobre la llegada del Africa Mercy, el barco hospital que cuenta con cinco quirófanos, 80 camas y una unidad de cuidados intensivos.
Cuando Gamai fue dada de alta tras su rehabilitación, saltó de alegría al reunirse con su familia y vecinos, quienes la esperaban afuera. Por primera vez en años, pudo abrazar a sus padres con sus brazos extendidos.
"Hoy está tan activa porque puede moverse como antes no podía", dijo su padre, Lamine. "Era como si estuviera en una prisión, pero hoy puedo decir que es libre".