jueves. 28.03.2024

Oscar Haskell, es un niño de tres años de Inglaterra con una grave enfermedad cerebral que ha mejorado considerablemente gracias a la intervención de Leo, un perro de terapia. El menor no respondía a los tratamientos pero reaccionó cuando el can le puso una de sus patas en la mano y le acompañó durante su recuperación.

El pequeño fue diagnosticado con encefalomielitis aguda diseminada –una enfermedad en la que el cerebro se ataca a sí mismo-, en octubre de 2016. Fue ingresado en cuidados intensivos pero dejó de responder y su ritmo cardíacose disparó.

“Estaba conectado a 26 tubos, tenía seis sondas cerebrales perforándole el cerebro y eran las máquinas las que lo mantenían con vida”, relató Zoe Ralph, su madre, según Daily Star. Tras  ver que la situación del pequeño no mejoraba e incluso, empeoraba, los médicos le pidieron que “se preparara para lo peor”.

Hasta que Leo, un golden retriever, llegó a sus vidas. A los médicos se les ocurrió llevar hasta la habitación del pequeño un perro de terapia y fue cuando éste puso una de sus patas sobre su mano cuando el ritmo cardiaco de Óscar, disminuyó en el acto. “Él no movía su cara, nada se movía cuando sonrió”, aseguró Ralph.

Según pasaron los días el estado del niño fue mejorando a la par que forjaba una gran amistad con el can. “Creo que si no fuera por Leo, mi hijo se hubiera rendido. No se ha apartado de su lado después del incidente”, narró la madre según la publicación británica. “Él nos ha ayudado de muchas formas”.

Después de cuatro años, Óscar tiene siete, ha regresado a la escuela y está fuera de peligro. Leo es uno de los seis perros de terapia del Hospital Infantil de Southampton que han asistido a más de 10.000 niños.

La familia de un niño de siete años agradece a Leo, un perro de terapia, que haya...