jueves. 28.03.2024

El pasado 7 de marzo falleció Teresita Castillo, una niña que sufría un tumor en la cabeza. La trágica noticia venía acompañada de un testimonio de fe y amor desde la sinceridad de una niña que ha conmovido a toda España. 

Cuatro meses después de su fallecimiento, la productora, relatos historias a modo de documental que puede ser reproducido en YouTube: Destellos de luz. 

Esta producción pretende reflejar el amor sincero a Jesús que tenía Teresita y como llevo su vida en los últimos meses: estoy enamorada de Jesús. Todo el documental narra la fe que tenían sus padres, Eduardo Castillo y Teresa Diego, su abuela Teresa González, su tía Marta de Diego, sus mejor amiga y sus primos. 

A raíz de la visita de don Ángel Camino Lamela, conocido como el Vicario episcopal de la vicaría octava del archivo sitios de la Archidiócesis de Madrid, el pasado 11 de febrero. Como su papel de sacerdote, redacta una carta que envía a todos los fieles de la vicaría que le proponen visitar a una niña que se encontraba gravemente enferma y que sería operada al día siguiente para extirpar un tumor cerebral. 

“Hemos llegado a la UCI debidamente equipados, he saludado a médicos y enfermeras, y acto seguido me han llevado a la cama de Teresita que estaba junto a su madre Teresa. Un vendaje blanco rodeaba toda su cabeza, pero tenía la cara suficientemente descubierta como para percibir un rostro verdaderamente brillante y excepcional”, explicó el Sr. Cardenal Arzobispo de Madrid que quiso llevarle una imagen de Jesús. 

En ese momento, las palabras de Teresa solo plantearon una cuestión: me traes a Jesús, ¿verdad?, “¿Sabes una cosa? Yo quiero mucho a Jesús”. La madre de la niña le preguntó que qué quería hacer para que Angel así lo supiera, ella contestó firmemente: “Yo quiero ser misionera”. Una respuesta que impactó muchísimo al Cardenal. Momentos después, el mismo, le respondió: "Teresita, yo te constituyo ahora mismo misionera de la iglesia, y esta tarde te traeré el documento que lo acredita y la cruz misionera". 

Esa misma mañana, en la vicaría, se elaboró el oficio para Teresa como misionera “bajo un pergamino verdaderamente precioso”, “y a las cinco de la tarde regresé de nuevo al Hospital de La Paz. Me estaban esperando los capellanes y fuimos derechos a la UCI”, explica Sr. Ángel. 

La niña con un gesto de agradecimiento y una mirada de felicidad completa cogió el documento y la cruz y le dijo a su madre que por favor la colgase junto a la cama: “Esa cruz pónmela en la barra para que la vea bien, y mañana me la llevo al quirófano. Ya soy misionera”, comentó Teresita. 

 

 

LA HISTORIA DE TERESITA 

Esta pequeña fue recibida en España con apenas tres años de edad después de ser adoptada, se conocía por optar por una vida espiritual profunda y fuerte a la vez de la que llevan todos los niños normales de su edad. En su colegio de las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús, en Galapagar, solía ir a Misa diaria y a comulgar.

En embargo, el destino puso en 2015 una enfermedad muy grave para la pequeña, un tumor cerebral. Expuso varios años de su vida a una cirugía para poder extirparle este tumor, además de una quimioterapia durante todo un año que fue un éxito. No obstante, en 2018 volvió aumentar este tumor y tuvo que someterse a una nueva operación Y un nuevo tratamiento en Suiza.

A finales del año 2020 la niña padecía un accidente jugando que la llevo de nuevo al hospital y el 2 de enero fue de nuevo ingresada debido a grandes dolores de cabeza, esta última operación no pudo llevarse a cabo y tuvieron que ponerle un drenaje en la cabeza para reducir la hidrocefalia. La madre de Teresa y la niña dieron positivo por coronavirus y tuvieron que aislarla, la válvula comenzó a fallar y esto le perjudicaba en los dolores graves de cabeza, no fue el motivo de su fallecimiento pero perjudicó su mejoría. 

Sin embargo Teresita nunca se rindió: “Como ella tenía ofrecidos sus sufrimientos, pensabas que igual Jesús se estaba aprovechando para salvar a más almas y más almas”, así lo cuenta su madre que recordó también cuál es fueron las palabras de su hija en momentos tan complejos: “Lo estoy ofreciendo por la gente; por ejemplo, por alguien que esté malito, por los sacerdotes”. Su enfermedad no hacía nada más que avanzar y mientras enfermeras curaban su enfermedad, le ponían gasas empapadas en la boca ella seguía sintiendo esa pasión por ser misionera y por querer vivir por Jesús.

EL TESTIMONIO QUE HA DADO LA VUELTA AL MUNDO 

El mismo Sr. Ángel narró una conversación con el delegado Nacional de Misiones. “Lo que yo no me podía imaginar es que, a través de los contactos de los padres, este testimonio llegó a oídos del Delegado Nacional de Misiones. Me llama al día siguiente y me consulta: ‘¿Tú has constituido en el Hospital de La Paz a una niña misionera?’, efectivamente, le digo, ‘ayer después de darle la unción y la comunión, la constituí misionera con la oración preceptiva y posteriormente le llevé el documento con la cruz de misionera”. En ese momento, el Delegado Nacional de Misiones le explicó que “este testimonio ha dado la vuelta en todo el mundo misionero de España y ya han puesto a Teresita como una nueva protectora para los niños en misión”.

El 7 de marzo, justamente a las 9:00 de la mañana, Teresita falleció, como muchos dicen partió al cielo. A su funeral se trasladaron el arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro, “para hacerse presente” y ofrecer “unas palabras llenas de esperanza que han consolado abiertamente a los padres, familiares y niños compañeros de Teresita.

Teresita fue enterrada el lunes 8 de marzo y  Don Ángel Camino Lameda invita a rezar por ella, la pequeña misionera. 

 

Teresita Castillo, la niña que consiguió convertirse en misionera antes de fallecer por...