viernes. 29.03.2024
Dentro de la desescalada, está previsto que las puertas de los cines se abran en la Fase 2. Las salas podrán recibir a los espectadores con una reducción del aforo del 30% y todas las medidas necesarias para garantizar su seguridad. Sin embargo, en esta coyuntura ha surgido una nueva forma de ver películas con plenas garantías independientemente de la fase en la que estemos: es el resurgimiento de los autocines.

Es una imagen que tenemos asociada al pasado, a las noches de verano y a algunas películas de los años 70 y 80, pero el coronavirus los ha vuelto a poner de moda. No en vano la fórmula es tan sencilla como eficaz a la hora de minimizar el riesgo de contagio: consiste en ver la película desde nuestro coche, un entorno completamente seguro, sin tener contacto con nadie más que con nuestros acompañantes ya que las entradas se pueden comprar por internet.

En Alemania está viviendo todo un auge: desde que apareció el coronavirus se han abierto 30 autocines en todo el país confirmando que son una forma de ocio rentable. No es el único ejemplo que encontramos: en Lituania se ha improvisado uno para poder celebrar el Festival Internacional de Cine de Vilnius y en Corea del Sur la asistencia se ha incrementado un 40% al venderlo como la experiencia cinematográfica más segura.

¿Y en España? Dentro de nuestras fronteras tenemos ocho autocines: tres en la Comunidad Valenciana, uno en Madrid y otros tantos en Gijón, Torrelavega, Getxo y Ribadesella. Sin embargo, las previsiones apuntan a que se duplicarán en número debido al cambio de escenario provocado por el coronavirus.

El próximo mes de junio Alicante estrenará la pantalla al aire libre más grande de Europa: Cinemacar tiene una estructura de unos 500 metros cuadrados y una capacidad para 400 coches. A esto hay que añadir una zona de césped artificial con palcos independientes, un escenario para posibles conciertos y un parque para mascotas. Teniendo en cuenta las circunstancias, dispondrá de arcos de desinfección para los coches y para las personas que entren en las instalaciones.

Los autocines se han erigido como un modelo de negocio que parece haber sido diseñado para situaciones como la que vivimos. El contacto social es mínimo ya que sólo interactúas en el control de la entrada donde revisan tus tickets con un lector y algunos, como ocurre en Madrid, tienen un servicio gracias al cual te llevan la comida que pides allí mismo (por teléfono o por internet) hasta tu vehículo. Además, se trata de instalaciones a las que puedes acudir en cualquier momento del año.

El coronavirus vuelve a poner de moda los autocines