Erick de Moura, de 40 años, consiguió librarse de estar presente en el edificio que se desplomó el pasado 24 de junio en la ciudad de Miami (Estados Unidos). Su golpe de suerte se debió a que Fernanda Figueiredo, su novia, le pidió que durmiera con ella en su casa.
Erick tenía la intención de dormir la noche anterior en su piso de dos habitaciones en la décima planta del edificio Chaplain. Pero la suerte y la capacidad de convicción de Fernanda evitaron la catástrofe. Cuando ambos despertaron al día siguiente, la casa de él ya no existía.
El edificio en el que se encontraba el piso de Erick se derrumbó parcialmente, ocasionando 16 muertes y 147 desapariciones. Antes de pasar la víspera del accidente con su pareja y unos amigos cenando en la casa de ella, Erick pasó gran parte del día cocinando en su piso.
El brasileño de 40 años declaró a la CNN que lo sucedido había sido sin duda un milagro, que salvó la vida de casualidad. La pareja dormía en la misma casa constantemente, pero no era habitual que lo hicieran un miércoles. Fernanda, que es madre soltera, iba a quedarse sola en casa esa noche. Erick ha contado que ella se siguió mostrando insistente, hasta que él decidió quedarse.
Al oír las noticias a la mañana siguiente, no lo podía creer. Con la piel de gallina y el corazón que se le salía del pecho, según ha explicado el brasileño, corrió al lugar de lo ocurrido. También ha contado que todavía le cuesta asimilar que muchos de sus vecinos de siempre han fallecido o desaparecido. Ahora, según él, sólo le queda agradecer al destino y a su novia por seguir vivo, asegurando que lo que toca ahora es “comprarle un anillo de bodas”.