Pese a que en la residencia viven 73 ancianos, debido a las restricciones y al miedo de que alguno de ellos o del personal se contagie, la dirección ha decidido que vayan saliendo en grupos diferentes días. “El peligro sigue existiendo hasta que no esté vacunada gran parte de la población. No podemos relajarnos después de todo lo que hemos pasado” explica Fina Mínguez, la directora de la residencia.
Tras llevar sin salir de la residencia desde finales de agosto, los ancianos están atónitos y encantados de volver a pisar la calle. Su aventura ha durado alrededor de una hora, donde han podido saborear un poco de vida. “Echaba todo de menos. El sol, la gente, la vida” cuenta Joaquín. Han podido practicar ejercicio el lado del río Turia, como antes de la pandemia. Su alegría los ha llevado a bailar la conocida y popular canción ´Guantanamera´ de Compay Segundo, ya que cada vez ven el final de este infierno un poco más cerca.
La directora de la residencia declara muy emocionada “Lo estamos pasando muy mal todos, los trabajadores, pero sobre todo nuestros ancianos, que desde que empezó la pandemia no han podido abrazar a sus hijos y solo han salido a la calle durante unas semanas en verano”.
Para poder continuar con este progreso y que los ancianos puedan seguir disfrutando de estas pequeñas excursiones al exterior de la residencia, las visitas con los familiares estarán bajo unas serias medidas de seguridad. Para ello, podrán verse a través de un cristal, estando cada uno en un espacio diferente, salvándose de ello los familiares que se hayan vacunado o que puedan demostrar que tienen anticuerpos.
