Con tan solo 17 años, la nadadora californiana Maya Merhige ha conquistado uno de los tramos de mar abierto más peligrosos del planeta: el temido Estrecho de Cook en Nueva Zelanda. Esta hazaña la coloca un paso más cerca de convertirse en la persona más joven en completar el legendario desafío Oceans Seven, una de las pruebas más duras del mundo de la natación en aguas abiertas.
Un reto doble: superarse física y mentalmente
Maya, originaria de Berkeley, se enfrentó no solo a las extremas condiciones del mar neozelandés, sino también a uno de sus mayores temores: las medusas. “Desde que entré al agua estaba aterrada. Lo único que pensaba era: ‘No quiero ver una medusa’”, confesó en una entrevista. Pero cada pocos brazadas, el miedo se hacía realidad: las picaduras eran constantes, dejando marcas visibles en sus brazos, rostro y labios.
Y eso no fue todo. Debido a las corrientes marinas impredecibles, el recorrido se duplicó: lo que debería haber sido una travesía de 13,67 millas (22 km) se convirtió en un esfuerzo titánico de 27 millas (43 km) durante más de 14 horas ininterrumpidas en aguas que apenas superaban los 15°C.
Una gesta épica en aguas heladas y plagadas de medusas
Bajo las reglas oficiales de natación de maratón, Maya no podía usar traje de neopreno. Equipada únicamente con un bañador y su determinación, desafió vientos, oleaje y temperaturas gélidas. Cada 30 minutos debía detenerse brevemente para reponer calorías, vitales para mantener su energía.
Su travesía culminó tras 14 horas, 8 minutos y 36 segundos, marcando así su cuarta conquista dentro del circuito Oceans Seven. Ya había cruzado el Canal de la Mancha, el Canal de Catalina (cerca de Los Ángeles) y el Canal de Moloka’i en Hawái.
Natación con causa: recaudando fondos para la lucha contra el cáncer
El esfuerzo de Maya no solo busca récords deportivos. Tras superar un tumor pancreático benigno en 2023 y acompañar a una amiga en su lucha contra el cáncer, la joven atleta decidió vincular su aventura a una causa solidaria: ha recaudado más de 150.000 dólares a través de la organización Swim Across America, que financia investigaciones en cáncer pediátrico.
“El Estrecho de Cook fue un desafío duro pero inolvidable. Las medusas, el viento y las corrientes fueron obstáculos reales, pero pensar en los niños que luchan contra el cáncer me mantuvo firme”, declaró en la web de la fundación.
Un futuro prometedor: tres travesías más para lograr la gloria
Con su graduación de secundaria a la vuelta de la esquina, Maya ya tiene en la mira los tres últimos desafíos del Oceans Seven: el Estrecho de Gibraltar (entre España y Marruecos), el Canal del Norte (entre Irlanda y Escocia) y el Estrecho de Tsugaru en Japón. Si completa estas pruebas antes de enero de 2028, se convertirá en la persona más joven en finalizar este exigente reto.
Más allá de las marcas, para Maya esta experiencia es una oportunidad para crecer, explorar el mundo y conectar con personas inspiradoras. “Cada nado es único, con sus propias dificultades y momentos mágicos. Me encanta cómo esta aventura me permite descubrir lugares increíbles y aprender constantemente sobre mí misma y sobre el mundo”, expresó en una entrevista con SwimTrek.