El director general de Justicia Juvenil y Cooperación de la Junta, Esteban Rondón, ha expuesto en el IX Congreso del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género la experiencia del Servicio de Asistencia a Víctimas en Andalucía (SAVA) de la Consejería de Justicia en la atención a menores, tanto hijos de mujeres que sufren malos tratos como chicas directamente agredidas por sus parejas o ex parejas. El SAVA, que lleva más de 25 años prestando asistencia integral y especializada a las víctimas de cualquier tipo de delito, atendió el año pasado a más de 400 menores por violencia de género y a casi 300 entre enero y septiembre de este año.
El SAVA cuenta con equipos multidisciplinares que ofrecen orientación psicológica, jurídica y social durante todo el proceso judicial, con el fin de evitar la doble victimización durante el mismo. Se encuentra en las principales sedes judiciales de las ocho capitales andaluzas y desde la pasada legislatura cuenta con equipos itinerantes para acercar esta atención a las víctimas de delitos del medio rural.
Rondón ha explicado que los profesionales del SAVA acompañan a los menores durante las declaraciones policiales y judiciales y, en muchos casos, los juzgados solicitan su intervención para la práctica de pruebas preconstituidas en las que se graba su testimonio, con total seguridad jurídica y en espacios habilitados como las salas Gesell, para evitar que tengan que relatar varias veces y ante distintos agentes judiciales hechos que resultan muy dolorosos. La Consejería ha multiplicado el número de este tipo de salas en las sedes judiciales de la comunidad desde 2019 y ya son casi 40.
También elaboran informes de vulnerabilidad, en coordinación con jueces y fiscales, que recogen los antecedentes personales de la víctima, la naturaleza del delito y perjuicios causados, la evolución de la víctima y, muy especialmente, la propuesta de medidas de asistencia y protección para el menor a lo largo del proceso judicial.
El director general de Justicia Juvenil y Cooperación ha diferenciado la asistencia que se realiza con los hijos de mujeres que sufren violencia de género, víctimas indirectas de este tipo de delitos, y aquellas menores víctimas directas de agresiones por parte de sus parejas o ex parejas.
En el primer caso, la atención del SAVA se enfoca en realizar una valoración integral de las necesidades de la unidad familiar, elaborando planes de intervención individualizados para cada menor con especial apoyo en el ámbito psicológico y educativo.
En el caso de las menores víctimas directas de violencia de género, los equipos del SAVA realizan entrevistas privadas con ellas, previo consentimiento de sus progenitores o tutores, facilitando un clima de confianza para que exprese sus experiencias sin presión. Tras escucharlas, identifican las áreas donde requieren apoyo y les ofrecen consejos de autoprotección adaptados a su edad y contexto. Por separado se reúnen también con los padres, madres o representantes legales, que "a menudo se pueden sentir responsables o culpables, para brindarles apoyo emocional y orientarles sobre cómo ayudar a su hija" y los recursos disponibles en el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM). El plan de intervención incluye también acompañar a la menor durante las declaraciones judiciales y policiales para que se sienta "segura y comprendida".
"El objetivo es garantizar el bienestar y la protección de las víctimas menores cuando tengan que participar de una u otra forma en los procesos judiciales", ha concluido Rondón durante su participación en el congreso, que durante dos días ha reunido en Madrid a profesionales de la Judicatura, la Fiscalía, la Medicina Forense, la Abogacía, la Sociología o la Psicología.