Disfrutaba del primer verano en que podía cruzar fronteras prohibidas por la noche y divertirse como cualquier joven con 18 años, pero una meningitis meningocócica lo cambió todo. Le causó una septicemia de la que milagrosamente sobrevivió aunque con graves secuelas como la amputación de las extremidades.
Los médicos explicaban a su madre, Silvia Vallejo, que no esperaban que hubiera sobrevivido, consideraban su caso como un "milagro", y tanto ellos como la propia enfermera tuvieron claro que el deporte le salvó la vida, Amante de los deportes de agua, Sarah intenta ahora volver a la rutina y, entre otras cosas, ha empezado a acudir a clase de Derecho a la Universidad, aunque su sueño ahora, más que "ser inspectora de Hacienda", el que se marcó cuando terminó Bachillerato, es ser "triatleta paralímpica".
Los padres de Sarah se volcaron desde el primer momento con el caso de su hija, "Yo no sabía ni lo que era una amputación, pero te toca y tienes que investigar", e Ismael investigó. Libros, búsquedas en Internet, congresos... le enseñan que en su lucha existen dos caminos: lo que hay en la sanidad pública y lo que debería haber. "Lo que le ofrecían era arcaico, va 15 o 20 años por detrás del mercado", dice el padre de Sarah, "con pies de madera y manos en forma de pinza".
Aquello no era lo que le había prometido a su hija, pero lo que le había prometido, una vida normal, tenía un precio. "Llevamos gastados 260.000 euros", dice Ismael, "eso no lo tiene cualquier familia". Tampoco ellos que tuvieron que hacer un llamamiento a la sociedad. Y así en lugar pies de madera y manos de pinza, Sarah pudo acceder a prótesis mucho más avanzadas que le han mejorado la vida hasta el punto de que estos días está compitiendo en Bilbao en un campeonato de surf adaptado.
"Cuando la sociedad te da algo, tienes la necesidad de devolvérselo", confiesa Ismael. Y aquí empezó una nueva lucha para los padres de Sarah. La primera batalla fue conseguir que una vacuna que evitara más casos como el de su hija. "A Sarah le atacó una meningitis serotipo Y y en España solo se vacunaba contra la serotipo C", explica Ismael.
Para cambiarlo investigó los datos de los que disponía el Ministerio de Sanidad, escribió cartas a la ministra, pidió reuniones con secretarios de Estado y llevó su petición hasta la comisión interterritorial de Sanidad. Y lo consiguió. La vacuna tetravalente que respondía ante meningitis W e Y, como la de Sarah, se dispensa desde el 1 de enero de 2020. "Solo costaba 8 euros más", se lamenta Ismael.