viernes. 29.03.2024

Los andaluces son testigos de las nubes más raras del planeta por 1ª vez

Las nubes noctilucentes, las más singulares del planeta, se han podido observar desde el pasado fin de semana en latitudes insólitamente bajas de Europa. Entre los casos más llamativos encontramos Sevilla o Granada, con 37°N. Estas nubes, las más altas que existen, se suelen ver en regiones polares durante el verano. Su presencia en tierras andaluzas es un espectáculo inédito.


 
Nube noctilucente - Facebook - SD Planet
Nubes noctilucentes - Facebook - SD Planet

Las nubes noctilucentes se han dejado ver en zonas inusuales en las últimas noches. Ciudades como Berlín, París o Madrid han sido testigos de su espectáculo, pero lo más sorprendente ha sido su avistamiento en Granada o Sevilla, donde las cámaras de comercios y establecimientos las han grabado. Es muy probable que sea la primera vez que se producen en Andalucía o, en todo caso, la primera vez que queda registrada su presencia.

Son formaciones brillantes a las que también se llama “nubes mesosféricas polares”. Se originan en la mesosfera, entre 50 y 80 km de altitud y en latitudes entre los 50 y los 60°. Se pueden ver durante algunas noches de verano (desde mayo hasta agosto) en regiones polares y presentan un resplandor azul eléctrico y blanco. En el Hemisferio sur nacen entre noviembre y febrero. Deben su nombre a que brillan en la noche y aparecen durante el crepúsculo, tras la puesta de sol o antes del amanecer.

Son las nubes más altas que se pueden ver en nuestro planeta, pero su origen no es conocido con exactitud. Desde la Agencia Estatal de Meteorología explican que la condensación necesaria para su formación viene de partículas expulsadas a la atmósfera por fuertes erupciones volcánicas, y también del polvo de restos de meteoritos.

El vapor de agua proviene de potentes corrientes ascendentes y de la oxidación del metano de las altas capas de la atmósfera, pero es muy escaso. Aún así las temperaturas tan bajas que se registran en la mesosfera, de  -120°C o inferiores, son suficientes para provocar la saturación del aire que se necesita para que estas nubes aparezcan.

Según diversas investigaciones y teorías actuales, los humanos estamos teniendo mucho que ver con el hecho de que estas nubes estén siendo vistas puntualmente en latitudes tan bajas. El Geophysical Research Letters, con un estudio de 2018, asegura que la extracción y quema de combustibles fósiles libera los gases de efecto invernadero a la atmósfera. El metano emitido habría incrementado las concentraciones de vapor de agua en la mesosfera en aproximadamente un 40% desde final del siglo XIX. Ésto, a su vez, habría duplicado el hielo formado en esa capa, contribuyendo en los últimos 150 años al aumento de la visibilidad de las nubes noctilucentes.

Los andaluces son testigos de las nubes más raras del planeta por 1ª vez