miércoles. 18.06.2025

La primavera convierte a Andalucía en un escaparate vibrante de tradición, cultura popular y dinamismo económico. Las grandes citas como la Feria de Abril de Sevilla, la Romería de El Rocío y el Festival de los Patios de Córdoba han trascendido su dimensión local para posicionarse como motores clave del turismo festivo en España.

Estas festividades no solo movilizan a millones de personas, sino que generan un fuerte impacto económico. Solo la Romería de El Rocío, celebrada en 2024, registró una afluencia superior al millón de personas y dejó en la comarca más de 100 millones de euros entre gasto directo e indirecto, según fuentes provinciales. "El verdadero valor de estas cifras no es solo económico. Eventos como El Rocío mantienen viva la esencia cultural de los pueblos y potencian el desarrollo del entorno", señala José Serrano, vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales y profesor de Turismo en la Universidad Europea de Canarias.

El caso de Sevilla refuerza esta idea. La Feria de Abril 2025 superó los 2.000 millones de euros en impacto económico, equivalentes —según el Ayuntamiento hispalense— a más de veinte finales de la Copa del Rey. A este dato se suma una semana récord en ocupación hotelera y uso del transporte público, lo que refleja un crecimiento sostenido del interés turístico, tanto nacional como internacional.

Por su parte, Córdoba también ha encontrado en sus Patios un potente atractivo turístico. Declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, esta celebración atrajo en 2024 a más de 817.000 visitantes, generando más de cinco millones de euros. Pero, más allá de los números, esta cita anual ofrece una experiencia inmersiva basada en la arquitectura popular, la convivencia y la hospitalidad vecinal.

El éxito de estas fiestas andaluzas no es casual. Para Serrano, su consolidación responde a una planificación estratégica que involucra a instituciones, colectivos locales y ciudadanía. “La clave está en una gestión participativa y anticipada. Así se protege la tradición y se optimiza la experiencia del visitante sin perder la esencia de cada celebración”, afirma.

Desde la Universidad Europea de Canarias, el experto destaca medidas de coordinación como los planes especiales de movilidad, la digitalización de accesos, o las campañas de sensibilización dirigidas tanto a residentes como a turistas. Estas estrategias —asegura— permiten una convivencia más equilibrada y una respuesta más eficaz a las necesidades logísticas y sociales que plantean estos eventos multitudinarios.

Además, Serrano subraya que la colaboración entre administraciones, sectores económicos y entidades culturales ha sido esencial para profesionalizar la organización y maximizar el impacto positivo en el entorno. “Cada fiesta tiene su idiosincrasia, pero todas comparten el potencial de convertirse en herramientas para el desarrollo si se gestionan con visión, inclusión y respeto por el entorno”, añade.

Este modelo andaluz ya ha despertado el interés de otros destinos internacionales, que lo observan como un referente en la integración de tradición y gestión moderna. En palabras del profesor: “Andalucía puede consolidarse como un líder europeo en la organización de celebraciones populares que combinan identidad, sostenibilidad y atractivo turístico. Su ejemplo está inspirando a otras regiones a repensar cómo celebrar su cultura de forma rentable, respetuosa y participativa”.

Andalucía se afianza como referente internacional en turismo festivo